Un ambiente inestable es percibido por el inconsciente como un riesgo de la propia muerte. Como resultado, los hombres tienden a tener más relaciones sexuales a corto plazo para dejar más descendientes. Tienen más posibilidades de transmitir sus genes a las futuras generaciones que a su vez tendrán más posibilidades de sobrevivir en unas condiciones rigurosas.
Por el contrario, cuando el ambiente es estable, hay bastante comida, dinero, etc., los hombres prestan más atención a los hijos que ya tienen y tienden más a las relaciones monógamas. Los científicos ya habían realizado suposiciones sobre la relación entre la infidelidad y el bienestar material, basándose en que los habitantes de los países pobres inician su vida sexual mucho más temprano y su nivel de natalidad es más alto. Sin embargo, una tendencia así les es propia sólo a los hombres.
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